martes, 4 de diciembre de 2012
El espejo
Mi declaración
Con ser lo que soy ya es suficiente; sólo hace falta que lo sea abiertamente.
Escribí las palabras que siguen en respuesta a la pregunta de una niña de
quince años: ¿Cómo puedo prepararme para tener una vida satisfactoria?
Yo soy yo.
En el mundo entero no hay nadie que sea exactamente como yo. Hay
personas que tienen cosas que se me parecen, pero nadie llega a ser
exactamente como yo. Por lo tanto, todo lo que sale de mí es auténticamente
mío porque sólo yo lo elegí.
Soy dueña de todo lo que me constituye: mi cuerpo y todo lo que mi cuerpo
hace, mi mente y con ella todos mis pensamientos e ideas, mis ojos y también
las imágenes de todo lo que ellos ven, mis sentimientos, sean los que fueren
(enfado, júbilo, frustración, amor, desilusión, entusiasmo); mi boca y todas las
palabras que de ella salen (corteses, dulces o ásperas, correctas o incorrectas),
mi voz, áspera o suave, y todas mis acciones, ya se dirijan a otros o a mí misma.
Soy dueña de mis propias fantasías, de mis sueños, mis esperanzas y mis
miedos.
Son míos todos mis triunfos y mis éxitos, mis fallos y mis errores.
Como soy dueña de todo lo que hay en mí, puedo relacionarme
íntimamente conmigo misma. Al hacerlo, puedo amarme y ser amiga de todo lo
que hay en mí. Entonces puedo trabajar toda yo, sin reserva, para mi mejor
interés.
Sé que en mí hay aspectos que no entiendo, y otros que no conozco, pero
mientras me acepte y me quiera puedo, con ánimo valiente y esperanzado,
buscar las soluciones a los enigmas y las maneras de saber más cosas de mí
misma.
Todo lo que miro y digo, cualquier cosa que exprese y haga, y todo aquello
que piense y sienta en un momento dado, soy yo. Todo esto es auténtico y
representa dónde estoy en ese momento del tiempo.
Cuando más adelante evoque qué aspecto tenía y cómo hablaba, lo que
decía y lo que hacía, cómo pensaba y sentía, algunas partes pueden parecerme
fuera de lugar. Puedo descartar lo que no me viene bien y conservar lo que me
parezca adecuado, e inventarme algo nuevo que reemplace a lo que haya
descartado.
Puedo ver, oír, sentir, decir y hacer. Tengo los recursos para sobrevivir,
para estar próxima a los demás, para ser productiva, para encontrar sentido y
orden en el mundo de las personas y las cosas que existen fuera de mí.
Soy mi propia dueña, y por lo tanto puedo hacerme a mí misma.
Soy yo, y estoy bien tal como soy.
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Autoestima