martes, 4 de diciembre de 2012
La canción
Había una vez un hombre que se casó con la mujer de sus sueños. Con su amor,
ambos crearon una niñita, una pequeña radiante y alegre, a quien el gran
hombre amaba mucho.
Cuando ella era muy pequeña, él solía levantarla, entonaba una melodía y
bailaba con ella por la habitación, diciéndole:
—Te amo, mi niña.
La niñita fue creciendo, y el hombre la abrazaba y le decía:
—Te amo, mi niña.
Ella se enfurruñaba y decía:
—Ya no soy una niña.
Entonces el hombre se reía, diciendo:
—Para mí, tú siempre serás mi niña.
La niña, que ya no era una niña, se fue de casa para descubrir el ancho
mundo. A medida que se conocía mejor a sí misma, conocía mejor al hombre.
Entendía que él era verdaderamente grande y fuerte, porque ahora reconocía
sus virtudes. Una de ellas era la capacidad para expresar su amor a su familia.
No importaba dónde estuviera ella en el mundo; él la llamaba para decirle:
"Te amo, mi niña".
Llegó un día en que la niña, que ya no era una niña, recibió una llamada
telefónica. El gran hombre estaba enfermo. Le dijeron que había tenido un
ataque y estaba afásico. Ya no podía hablar y no estaban seguros de que
entendiera lo que se le decía. Ya no podía sonreír, ni reír, ni andar, abrazar,
bailar ni expresarle su amor a la niña, que ya no era una niña.
Entonces regresó al lado del gran hombre. Cuando entró en la habitación y
lo vio, le pareció pequeño y nada fuerte. Él la miró e intentó hablar, pero no
pudo.
La niñita hizo lo único que podía hacer. Se tendió en la cama, junto al gran
hombre. Las lágrimas brotaban de los ojos de ambos, y ella abrazó sus hombros
paralizados.
Con la cabeza apoyada en el pecho del enfermo, ella pensó en muchas
cosas. Se acordó de los momentos maravillosos que habían pasado juntos y de
cómo siempre se había sentido protegida y amada por el gran hombre. Sentía
dolor por la pérdida que habría de soportar, por las palabras de amor que la
habían reconfortado.
Y entonces oyó, en el pecho de él, el latido del corazón. El corazón donde
habían vivido siempre la música y las palabras. El corazón seguía latiendo
tercamente, despreocupado del daño que sufría el resto del cuerpo. Y mientras
ella descansaba, se produjo un momento mágico. Ella oyó lo que necesitaba oír.
El corazón iba latiendo las palabras que la boca ya no podía pronunciar...
Te amo,
mi niña.
Te amo,
mi niña.
Te amo,
mi niña...
Y se sintió consolada.
Patty H.
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Familia
El espejo
Mi declaración
Con ser lo que soy ya es suficiente; sólo hace falta que lo sea abiertamente.
Escribí las palabras que siguen en respuesta a la pregunta de una niña de
quince años: ¿Cómo puedo prepararme para tener una vida satisfactoria?
Yo soy yo.
En el mundo entero no hay nadie que sea exactamente como yo. Hay
personas que tienen cosas que se me parecen, pero nadie llega a ser
exactamente como yo. Por lo tanto, todo lo que sale de mí es auténticamente
mío porque sólo yo lo elegí.
Soy dueña de todo lo que me constituye: mi cuerpo y todo lo que mi cuerpo
hace, mi mente y con ella todos mis pensamientos e ideas, mis ojos y también
las imágenes de todo lo que ellos ven, mis sentimientos, sean los que fueren
(enfado, júbilo, frustración, amor, desilusión, entusiasmo); mi boca y todas las
palabras que de ella salen (corteses, dulces o ásperas, correctas o incorrectas),
mi voz, áspera o suave, y todas mis acciones, ya se dirijan a otros o a mí misma.
Soy dueña de mis propias fantasías, de mis sueños, mis esperanzas y mis
miedos.
Son míos todos mis triunfos y mis éxitos, mis fallos y mis errores.
Como soy dueña de todo lo que hay en mí, puedo relacionarme
íntimamente conmigo misma. Al hacerlo, puedo amarme y ser amiga de todo lo
que hay en mí. Entonces puedo trabajar toda yo, sin reserva, para mi mejor
interés.
Sé que en mí hay aspectos que no entiendo, y otros que no conozco, pero
mientras me acepte y me quiera puedo, con ánimo valiente y esperanzado,
buscar las soluciones a los enigmas y las maneras de saber más cosas de mí
misma.
Todo lo que miro y digo, cualquier cosa que exprese y haga, y todo aquello
que piense y sienta en un momento dado, soy yo. Todo esto es auténtico y
representa dónde estoy en ese momento del tiempo.
Cuando más adelante evoque qué aspecto tenía y cómo hablaba, lo que
decía y lo que hacía, cómo pensaba y sentía, algunas partes pueden parecerme
fuera de lugar. Puedo descartar lo que no me viene bien y conservar lo que me
parezca adecuado, e inventarme algo nuevo que reemplace a lo que haya
descartado.
Puedo ver, oír, sentir, decir y hacer. Tengo los recursos para sobrevivir,
para estar próxima a los demás, para ser productiva, para encontrar sentido y
orden en el mundo de las personas y las cosas que existen fuera de mí.
Soy mi propia dueña, y por lo tanto puedo hacerme a mí misma.
Soy yo, y estoy bien tal como soy.
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Autoestima
En mi
Cuando yo era joven y libre y mi imaginación no conocía límites, soñaba con
cambiar el mundo. A medida que me fui haciendo mayor y más prudente, descubrí que
el mundo no cambiaría, de modo que acorté un poco la visión y decidí cambiar solamente
mi país.
Pero eso también parecía inamovible.
Al llegar a mi madurez, en un último y desesperado intento, decidí avenirme a
cambiar solamente a mi familia, a los seres que tenía más próximos, pero ¡ay!, tampoco
ellos quisieron saber nada del asunto.
Y ahora que me encuentro en mi lecho de muerte, de pronto me doy cuenta: «Sólo
con que hubiera empezado por cambiar yo mismo», con mi solo ejemplo habría cambiado
a mi familia.
Y entonces, movido por la inspiración y el estímulo que ellos me ofrecían, habría
sido capaz de mejorar mi país y quién sabe si incluso no hubiera podido cambiar el
mundo.
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Autoestima
He imaginado
Es tan sencillo imaginar que me quieres de verdad que lo que me has hecho es locura temporal, es mi forma de borrar todo cuanto me hizo mal estos sentimientos no los quiero conservar, así huí y mi mente se alejo de mi a creado un mundo nuevo donde vuelves junto a mi, he imaginado que regresas y me tomas de la mano, me confiesas que jamás me has olvidado y que el mundo se nos pinta de color, he imaginado tantas veces ese instante lo he inventado, tal vez sea una estupidez seguir soñando pero ya solo me queda esa ilusión, he imaginado que tienes corazón.
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Dolor
SIlencio
No rompan mi silencio
El superficialismo y la egolatría son quienes reinan en el mundo actual, les digo el por que. Las redes sociales actualmente ocupan el 45% de nuestra atención si no es que más, una red social puede juntar o puede destruir depende del uso que se le de.
¿Por que les escribo esto? Por que estoy harta de ver como pueden destruir la moral de un ser humano, a que punto hemos ll
El superficialismo y la egolatría son quienes reinan en el mundo actual, les digo el por que. Las redes sociales actualmente ocupan el 45% de nuestra atención si no es que más, una red social puede juntar o puede destruir depende del uso que se le de.
¿Por que les escribo esto? Por que estoy harta de ver como pueden destruir la moral de un ser humano, a que punto hemos ll
egado que para poder decir las cosas nos escondemos detrás de una pantalla. Que yo recuerde tiempo atrás las batallas eran de frente y con pistola y ahora? Ni siquiera se atreven mirarse a los ojos. Es fácil criticar cuando no se esta en el lugar de las demás personas, es fácil vivir de suposiciones al final de cuentas el suponer no le hace daño a nadie verdad?, eso es un error el suponer pone en tela de duda la integridad de las personas. Dicen que si no se pudiera hablar mal de los demás el 99% de las personas estaríamos mudas y la verdad yo no creo que sea una idea descabellada. También se que se habla mal de los demás cuando en ellos vemos reflejado algo que no hemos podido arreglar en nosotros y el criticarlo es externarlo al mundo, mostrar nuestro punto débil es aquí donde entra el famoso " SILENCIO NO TE TRAICIONES". El que esté libre de pecado que tire la primera piedra” (Juan 8:2-11 KJV) Dice la biblia. Es tan fácil vivir tranquilo y mucho mas productivo enfocarnos en nuestra propia vida que vivir rebuscando la ajena, somos personas adultas, personas consientes, quiero pensar que personas sensatas y racionales entonces ¿por que dejamos de actuar como tales? Ya no es hora de mirarse al espejo es hora de madurar.
Vive y deja vivir.
Vive y deja vivir.
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LIBERTAD
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